La encrucijada económica de SA: ¿Disaster o recuperación?

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La economía de Sudáfrica se encuentra en una coyuntura crítica. Si bien muchos signos apuntan a una disminución estructural en curso, los cambios de políticas recientes y la actividad económica indican una posible recuperación lenta. La pregunta clave permanece: ¿SA continuará su espiral descendente, o puede estabilizarse y crecer? Una mirada más profunda a los factores económicos clave sugiere que, si bien es poco possible que el país colapse por completo, quedan obstáculos que podrían evitar que se diga en el máximo potencial.

Demografía: ¿Oportunidad o responsabilidad?

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SA tiene una población joven, con una mediana de edad de 28 años. En teoría, esto debería ser una ventaja, pero el desempleo juvenil excede el 50%, por lo que es una bomba de tiempo para la estabilidad social. Al mismo tiempo, la disminución de las tasas de natalidad (1.9 nacimientos por mujer) significan que en unas pocas décadas, la fuerza laboral podría reducirse, luego de las tendencias observadas en Japón y Europa. Cuando las reformas estructurales crean empleos, un dividendo demográfico podría impulsar el crecimiento. De lo contrario, el desempleo prolongado alimentará el estancamiento y los disturbios sociales.

Presiones de desindustrialización y comercio

La contribución de la fabricación al producto interno bruto (PIB) ha disminuido del 25% en la década de 1980 al 13% en la actualidad. La economía sigue dependiendo demasiado de las exportaciones de materias primas, por lo que es weak a los ciclos de productos básicos globales. Además, la automatización y la inteligencia synthetic amenazan con eliminar los trabajos de baja calificación, haciendo que la educación y la capacitación en habilidades sean más críticas que nunca. Si bien los lazos comerciales de BRICS ofrecen oportunidades, SA es principalmente un exportador de materias primas en lugar de bienes de alto valor, lo que limita su potencial económico.

Disaster energética: declive de Eskom, ascenso del sector privado

Durante años, las fallas de Eskom han sido un arrastre económico importante, con una carga de carga reduciendo la productividad y la confianza de los inversores. Sin embargo, solo en 2023, se aprobaron más de 5 000 MW de proyectos de energía renovable del sector privado (esto es más que Medupi y Kusile combinados). La decisión de Eskom de eliminar los requisitos de adquisición de Empoderamiento Económico Negro (BEE) indica un cambio hacia la eficiencia en lugar de hacia las cuotas raciales. Si continúa la inversión privada en energía, SA finalmente podría resolver su disaster de electricidad en cinco a diez años. Sin embargo, con el 80% de la electricidad proviene del carbón, la descarbonización será necesaria para seguir siendo competitiva en los mercados globales.

Deuda, impuestos e inestabilidad fiscal

La deuda gubernamental de SA se acerca al 75% del PIB, con pagos de intereses que consumen casi el 20% de los ingresos estatales. Casi el 50% de los sudafricanos reciben una subvención social, creando una presión fiscal insostenible. Al mismo tiempo, los ganadores y las empresas de altos ingresos están emigrando o cambiando de capital en alta mar, reduciendo la base de impuestos.

Sin un mayor crecimiento económico, el gobierno enfrentará decisiones difíciles: mayores impuestos, recortes de gastos o un rescate de fondos monetarios internacionales.

Cambios políticos: ¿del management estatal a la innovación privada?

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La disminución de las empresas estatales (como Transnet, Eskom y South African Airways) ha reducido el management gubernamental sobre las industrias clave, lo que permite que surjan soluciones del sector privado. La flexibilización de las políticas de abejas y las reformas de adquisiciones sugieren un cambio de la redistribución a la eficiencia económica. Esta tendencia podría acelerar si una coalición o partido reformado emerge con las próximas elecciones. Sin embargo, si el Congreso Nacional Africano se asocia con fuerzas populistas como los combatientes de la libertad económica, la incertidumbre económica podría crecer, asustando a los inversores.

El veredicto closing: ¿SA lo logrará?

El futuro de SA probablemente cae entre:

  • El peor de los casos (20% -30% de probabilidad): La mala gestión económica continúa, el colapso fiscal se acelera y la radicalización política empuja al país hacia un declive al estilo de Zimbabwe.
  • Escenario del mejor de los casos (30% -40% de probabilidad): Las reformas amigables para el mercado se afianzan, aumenta la inversión privada y el país se estabiliza con un crecimiento lento, pero constante.
  • Escenario más possible (40% -50% de probabilidad): SA experimenta una recuperación lenta y desigual, evitando el colapso pero no puede desbloquear su máximo potencial debido a las limitaciones políticas y estructurales.

Si bien los riesgos permanecen, hay signos de resiliencia. El sector privado está interviviendo donde el gobierno ha fallado, las políticas están cambiando hacia el crecimiento en lugar de hacia la redistribución, y las industrias clave están viendo una reforma muy necesaria. Es poco possible que SA colapse pero, sin un cambio estructural más profundo, seguirá siendo una economía frágil y de alto potencial: siempre equilibrando entre disaster y recuperación.

El Dr. Francois Stofberg es un economista de bienestar financiero en el grupo eficiente.

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