Cómo la IA puede ayudar tanto a los recaudadores de impuestos como a los contribuyentes: problemas globales

WASHINGTON DC, 26 de febrero (IPS) – Las nuevas tecnologías tienen el potencial de mejorar la relación entre gobiernos y ciudadanos. Los portales de impuestos, los sistemas de TI y los servicios en línea han simplificado las interacciones con las autoridades públicas, los obstáculos burocráticos reducidos y la mayor transparencia. Ahora, la inteligencia synthetic generativa (Genai) está surgiendo como la próxima fuerza transformadora.
Conocido por su capacidad para comprender y producir lenguaje humano, Genai abre posibilidades que van más allá de la easy automatización. Sin embargo, en un área tan políticamente wise como los impuestos, también plantea preguntas importantes que podrían socavar rápidamente la confianza.
Las autoridades fiscales están comenzando a explorar Genai, aunque la mayoría de los esfuerzos aún están en una etapa temprana y experimental. El área más evidente hasta ahora ha sido mejorar la comunicación con los contribuyentes.
En Singapur, un asistente digital responde a las preguntas de impuestos en múltiples idiomas y ha reducido la mitad de las consultas del centro de llamadas. Corea ha implementado una guía de IA para ayudar a los ciudadanos a presentar y pagar impuestos. En Francia, la IA puede analizar los correos electrónicos entrantes y proponer respuestas de borradores para que los funcionarios públicos validen.
Si bien estas aplicaciones son prometedoras, surge una pregunta más profunda: ¿puede Genai alterar significativamente la relación entre gobiernos y ciudadanos? Además, ¿cómo influirá en la forma en que los ciudadanos experimentan y percibirán los impuestos, un proceso políticamente wise que se rige por la ley pero profundamente entrelazado con las normas y prácticas sociales?
¿Qué hay de nuevo en Genai?
La mayoría de los sistemas de IA actualmente utilizados por las autoridades fiscales y aduaneras son predictivos y creados para una sola función. Analizan grandes conjuntos de datos estructurados, como declaraciones o transacciones de impuestos pasadas, para producir cosas como puntajes de riesgo para indicar un posible fraude.
Por el contrario, Genai es un sistema generalista que comprende casi todas las formas de información y está diseñada para interactuar con los humanos en cualquier idioma. Puede manejar una variedad de tareas, desde la redacción de cartas hasta proporcionar orientación interactiva sobre las regulaciones fiscales y asistir a los oficiales en sus investigaciones.
Al capacitar a un agente de Genai con textos legales, códigos fiscales, procedimientos operativos y pautas internas, las administraciones pueden adaptarlo a necesidades específicas. El resultado es un sistema dinámico capaz de comprender y producir contenido con el que pueden interactuar tanto los funcionarios y contribuyentes.
Transformando la relación estatal-sociedad
Si bien las herramientas de IA que ya están en uso a menudo mejoran la eficiencia, no han cambiado fundamentalmente la forma en que funcionan las autoridades de ingresos o se relacionan con los ciudadanos. En su mayoría reemplazaron tareas manuales o sistemas para el modelado econométrico o estadístico.
Con Genai, hay implicaciones más profundas. Internamente, puede ayudar a los funcionarios de impuestos y aduanas a centrarse en roles analíticos y basados en el juicio, lo que les permite convertirse en especialistas en supervisión y aumentar su productividad.
Externamente, puede reducir la brecha de conocimiento entre las administraciones y los contribuyentes, ayudando en la interpretación de disposiciones complejas, navegar leyes, identificar deducciones e incluso formularios de relleno automático.
Para los países de bajos ingresos, Genai ofrece la oportunidad de impulsar reformas organizacionales y saltar a los sistemas más modernos. Por ejemplo, en Madagascar, la Autoridad de Aduanas quiere usar Genai para mejorar la gestión de riesgos, combatir el fraude y aumentar los ingresos, utilizando datos acumulados durante 10 años para capacitar a su sistema.
Las interacciones humanas ofrecidas por las herramientas de chat de IA pueden personalizar el proceso, como se muestra en Singapur y Corea, donde los usuarios pueden hacer preguntas y recibir respuestas de lenguaje sencillo. Las organizaciones de los ciudadanos, los académicos y los partidos políticos también pueden usar Genai para examinar las reformas propuestas, comparar escenarios y participar en debates políticos más profundos.
Esta transformación bidireccional podría aumentar la confianza normal, haciendo que los impuestos se sientan menos una obligación frustrante y más como una responsabilidad compartida tanto de los contribuyentes como de los gobiernos.
Precondiciones para el éxito
A pesar de su potencial, Genai también viene con desafíos. Los problemas relacionados con la calidad de los datos, la ética, las preocupaciones de privacidad y las alucinaciones (es decir, resultados incorrectos) deben abordarse para reforzar y no erosionar la confianza. Por ejemplo, el enfoque de Corea, dirigiendo consultas particularmente sensibles a los agentes humanos, refleja la necesidad de una cuidadosa supervisión de asuntos confidenciales. Los resultados deben ser explicables y percibidos como justos en todos los casos.
La gestión efectiva del conocimiento es otro requisito. Las autoridades de ingresos tienen leyes, reglamentos, registros de casos y manuales operativos. Sin embargo, los archivos dispersos y la digitalización incompleta pueden obstaculizar los esfuerzos para capacitar a los sistemas de IA de manera efectiva. Un humano debe determinar qué documentos son precisos, relevantes y adecuados para su inclusión en el materials de capacitación.
A medida que Genai se integra en varios aspectos de la administración de ingresos, los empleados deberán ser capacitados para interpretar, corregir y complementar sus resultados. Los formuladores de políticas deben asegurarse de que los errores se informen y se aborden de inmediato.
Al proporcionar capacidades similares a los humanos para apoyar a los contribuyentes y a las autoridades fiscales, Genai puede actuar como asistente de impuestos y contribuyentes, automatizar tareas de rutina, aclarar problemas complejos y fomentar una relación más transparente y colaborativa.
Esta tecnología puede reducir los obstáculos administrativos, desmitificar las obligaciones fiscales e invitar a una participación más amplia en los debates de políticas. Sin embargo, darle forma adecuada requiere un liderazgo fuerte, marcos de políticas éticas y una supervisión vigilante de la calidad de los datos, la privacidad y la precisión.
Thomas Cantens es Jefe de Unidad de Investigación y Política de la Organización Mundial de Aduanas; Herve Turpe es Jefe de Unidad de Asesoría Digital, Fondo Monetario Internacional (FMI).
IPS Bureau de la ONU
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